jueves, 31 de marzo de 2011

GUARDIA ARGENTINA


REGIMIENTO DE INFANTERIA


El batallón Nro. 1 de Cazadores, creado en 1826, aparece revistando en 1830, con el aditamento de “Río de la Plata”, y en 1832 pasa a llamarse “Guardia Argentina”, formado por seis compañías, y con este nombre estuvo a ordenes de de Mariano Benito Rolón.Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.



miércoles, 30 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA DETERMINACIÓN DEL DÍA “D” Y LA HORA “H”


El día 30 de marzo de 1982 a las 09.30, el comandante del Teatro de Operaciones Malvinas, General de división Osvaldo Jorge García, de acuerdo con las últimas informaciones sobre la situación en las islas y las malas condiciones meteorológicas reinantes, fijó como día “D” el 2 de abril y como hora “H” las 06.00. Se postergó así el inicio de las operaciones, que había sido previsto para el día 1 de abril. Esta decisión fue comunicada a los comandantes dependientes. Fuente: Ejercito Argentino. http://www.fotolog.com/ejercitonacional

martes, 29 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL BRIGADIER GENERAL CORNELIO SAAVEDRA


Cornelio Judas Tadeo de Saavedra vio la luz el 15 de Setiembre de 1759 en la Villa Imperial de Potosí, en lo que hoy son los Andes bolivianos. Su familia era de vieja raigambre americana y su hogar rezumaba prestigio y tradición. Pero las difíciles condiciones climáticas de aquella región impulsaron a la familia Saavedra a regresar a Buenos Aires, de donde era oriundo el padre. Entonces Cornelio cursó estudios en el Real Colegio de San Carlos, distinguiéndose por su inclinación a la filosofía. No obstante, siguiendo el camino de sus mayores, se dedicó al trabajo de la tierra. Casado en 1788 con su prima hermana Francisca de Cabrera y Saavedra, ingresó a la función pública en 1797 como Regidor. Dos años después fue nombrado procurador; en 1801 Alcalde de segundo voto y en 1805 Administrador del depósito pública de trigo. De 1799 data un documento suyo poco conocido: un alegato en pro de la libertad de comercio y la libertad de trabajo. Las Invasiones Inglesas descubrieron en Saavedra una inesperada vocación por las armas. A propósito de esta iniciación castrense, estampó en sus memorias su propia explicación: “Este fue el origen de mi carrera militar: el inminente peligro de la patria, el riesgo que amenazaba a nuestras vidas y propiedades, y la honrosa distinción que habían hecho los hijos de Buenos Aires prefiriéndome a otros muchos paisanos suyos para jefe y comandante, me hicieron entrar en ella”. En efecto, durante las invasiones ingleses, el cuerpo de Patricios lo eligió Comandante, marchando él a la cabeza como primer combatiente de este cuerpo, integrado por tres batallones y 23 compañías. Entre quienes despedían a las tropas que iban rumbo a Barracas figuraba su segunda esposa – la primera había fallecido en 1798 -, Saturnina Bárbara de Otárola y del Ribera. Su prestigio creciente en la población de Buenos Aires lo llevó a desempeñar un papel decisivo en las jornadas de Mayo. En la reunión de comandantes del 20 de Mayo negó su apoyo a Cisneros. Dos días más tarde, en el Cabildo abierto, al votar por la destitución del Virrey, obtuvo la adhesión de 86 cabildantes, entre quienes figuraban Castelli, Belgrano, French y otros. Presidente de la Junta del 25 de Mayo, Saavedra tuvo que enfrentar las alternativas de un clima el cual no estaba acostumbrado. Es decir, un clima político de sutilezas y argucias, de fervor revolucionario con todos los posibles excesos y deformaciones inevitables en un movimiento de esta naturaleza. Después del golpe del 5 y 6 de Abril de 1811 (en el cual Saavedra creyó fortalecerse, apresurándose a separar a los elementos morenistas) abandonó Buenos Aires con rumbo a Salta, con el objeto de reorganizar el derrotado ejército del Desaguadero. Pero el viaje fue aprovechado por sus adversarios para asestara varios golpes: separado del gobierno y del ejército, se intentó confinarlo en San Juan, pero, alertado a tiempo, Saavedra cruzó la cordillera de los Andes por ignotos caminos, arribando a tierra chilena en compañía de su hijo Agustín, de 10 años de edad. En 1814 decido volver a la patria, para no caer en manos españolas, pues los ejércitos reales amenazaban por entonces a Coquimbo. Y mientras vuelve a cruzar la cordillera, su esposa tramita en San Juan el ingreso de Saavedra, que es negado por el Teniente de Gobernador. Doña Saturnina, sin apela al Gobernador Intendente de Cuyo, es decir a San Martín, quien accede a la solicitud. Finalmente, Saavedra es enviado a Buenos Aires con escolta para hacer acto de presencia en el juicio que se lo había iniciado y tras la revolución del 15 de Abril de 1815, el Cabildo le devolvió su grado militar. De inmediato, sin embargo, al asumir Alvarez Thornas el cargo de Director suplente lo relega a Arrecifes. En 1818 obtuvo la rehabilitación, Desempañó varios cargos militares, aunque de escasa importancia, y en 1822 se le otorgó el retiro absoluto del ejército. Murió el 29 de Marzo de 1829, y dos días después el diario “El Tiempo” se hizo eco del fallecimiento en escuetas líneas: “A las 8 de la noche del domingo murió repentinamente el Brigadier General Cornelio de Saavedra. Los buenos patriotas deben sentir su pérdida, por los servicios que aquel ciudadano ha prestado el país”. En Diciembre del mismo año, el gobierno del General Juan José Viamonte concretó su homenaje trasladando los restos de Saavedra a un mausoleo de la Recoleta.

Fuentes: www. revisionistas.com.ar / Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado



lunes, 28 de marzo de 2011

LEÑA Y FOGON


Un veterano suboficial supervisa al novato recluta que, empuñando hacha, intenta cortar leña de espinillo para encender el fogón. Un grupo de compañeros, designados para oficiar de rancheros, espera conversando a que el camarada termine su tarea de encender el fuego para comenzar a preparar la comida. Al pie del árbol se han dispuesto las parrillas y “morochas” con las que se preparará el rutinario pero siempre bien recibido guiso de campaña. Fuente: "Soldados 1848-1927" de la Fundación Soldados.



domingo, 27 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DEL DESFILADERO DE SAN IGNACIO


El 26 de marzo de 1881 se produce el encuentro entre la tropa de la Primera Brigada de la 2º División de Ejército, en campaña al lago Nahuel Huapi, almando del teniente coronel Rufino Ortega con las indiadas de Ñancucheo y Huincaleo. El lugar de la batalla fue el desfiladero de San Ignacio, en el valle del río Aluminé, en donde éste recibe las aguas del Catan Lil y forma el Collon Curá (unión de los departamentos de Catan Lil, Huiliches y Collón Curá, en la precordillera. “En todo este trayecto se ha avistado al flanco izquierdo de la columna varios jinetes. Son indios que observan nuestra marcha desde la cumbre de elevados cerros, que tan pronto se aproximan como desaparecen, y van, a medida que vamos avanzando, encendiendo el campo en diversas direcciones. Sin temor de equivocarse puede asegurarse que por ese medio avisan nuestra aproximación y el rumbo que seguimos. Diez baqueanos a las órdenes del ayudante R. Guevara son enviados a examinar el camino del Oeste que se interna en un estrecho cajón, y a la vez, alejar a la partida de indios que tenemos al frente, que con toda osadía llegan a aproximarse hasta un tiro de fusil. Parece que quieren lucir los magníficos caballos que montan. Bajan y suben a escape empinadísimos cerros y en cuyas cumbres hacen mil molinetes. El ayudante Guevara regresó sin haber obtenido ningún resultado después de más de una hora de inútiles correrías. Para llegar al paso del río tenemos que costearlo algunas cuadras; pero todas ellas forman un estrecho desfiladero donde sólo se puede ir de a uno. Nos internamos en él. Los indios nos contemplan desde la orilla opuesta, desde donde pueden contarnos con toda impunidad. A la conclusión del desfiladero se llega al paso del río. En el momento de vadearlo, el Jefe del 11 de Caballería avisa que los indios han avanzado por nuestra retaguardia y se tirotea con la guardia que la cubre; que ha desprendido al mayor Ruibal con el 3er Escuadrón en su protección. Efectivamente, un grupo de indios aprovechándose encontrarnos comprometidos en el paso del desfiladero, pasan el río un poco más abajo donde marchábamos y caen de improviso sobre las reses que conducen para nuestra provisión. Los que las cuidan, peones de proveeduría, no ofrenden resistencia; pero los caballerizos más próximos los contienen hasta la llegada de la guardia y del mayor Ruibal que los obliga a repasar el río. Al propio tiempo que esto pasa a retaguardia, también la cabeza de la columna se bate. Marchan a vanguardia 20 hombres a las órdenes del ayudante Guevara, e inmediatamente detrás sigue la columna. Pásase el río y se emprende la ascensión de un cerro por una pendiente algo inclinada. En la cumbre de éstos, están todavía los indios. Esta osada insistencia hace suponer que intentan algún golpe. Parte del 12 y todo el Regimiento 11 está todavía encajonado en el desfiladero y paso del río. Hago situar sobre el paso una compañía del Batallón para que proteja y cubra el paso que es susceptible de un ataque por el flanco derecho. El resto avanza. Al coronar el cerro, el ayudante Guevara es cargado violentamente por más de 60 indios. Es apoyado inmediatamente por granaderos del 12 a órdenes del capitán O`Donnell. Estas fuerzas cargan y doblan a los indios que en su retirada se dividen en dos grupos. La mayor parte de la vanguardia persigue a los de nuestra izquierda, pues los de la derecha han ido a caer a un cajón por donde sigue la columna. A la izquierda son cargados por retaguardia, y por los indios que perseguían, pero son completamente rechazados. Mientras esto pasa a la izquierda, seis o siete soldados han continuado persiguiendo a los de la derecha y siguen avanzando a su frente. De improviso son cargados por retaguardia por un número considerable de indios y por los que perseguían. Aunque el resto de la fuerza acude velozmente desde la izquierda, no se puede evitar que lanzeen (sic) a seis. Aquí muere el sargento Romero, el cabo Cortez y dos soldados del Batallón, quedando un baqueano y un soldado del 12 heridos. Uno de los muertos debe ser un cacique o capitanejo, pues de su cadáver se ha recogido una espada. Esta tiene en su tasa el escudo de Chile. Los indios que he tenido al frente son los de Ñancucheo y Huincaleo, tal lo asegura el capturado por el comandante Torres, dice haberlos reconocido en los caballos que montan. Su número se calcula en más de 200 los que se han presentado a vanguardia”. La Primera Brigada había partido desde su acantonamiento en el fuerte 4ª División, el 8 de marzo de 1881, siguiendo el curso descendente del río Agrio, primeramente, para luego proseguir por el de Catan Lil, hasta encontrar, en las cercanías del lugar donde se desarrolló el combate que hemos referido, al río Aluminé. Más tarde prosiguieron por este río, que cambia de denominación trocándose en Collón Cura, para proseguir su marcha hasta el lago Nahuel Huapi, donde Villegas había dispuesto instalar el campamento central de la División. Las fuerzas de la Brigada estaban compuestas por: Plana Mayor, 2 jefes, 2 oficiales y 21 soldados; Regimiento 11 de Caballería, 2 jefes, 7 oficiales y 190 tropa; Batallón 12 de Infantería, 2 jefes, 7 oficiales y 263 tropa. Total: 6 jefes, 16 oficiales y 474 tropa. Nótese la audacia y la estrategia de la indiada que aprovecha al máximo su conocimiento de la topografía de la región por la cual deben pasar los expedicionarios, como así también la ventaja de poseer magníficas caballadas, aclimatadas y acostumbradas a trepar los cerros de la zona. Esta expedición tenía como fin primordial reconocer todo el territorio “del Triángulo” y tratar de someter a las tribus indias. Esto posibilitó que en la segunda campaña ya se conociera el terreno y las indiadas que se oponían al avance. Respecto a los dos valientes suboficiales que perdieron la vida, con los dos soldados que lo acompañaron en su entrada en la gloria, no tuvieron el consuelo que el poeta y solado Eduardo Gutiérrez anhelaba para aquellos que iban al Paraguay, a luchar, enviados a esos campos donde caerían tantos argentinos. Inspirándose en la blanca figura del que fuera capellán de las tropas argentinas en aquella guerra, canónigo Tomás A. Canavery, habría de aspirar a contar con el consuelo de:


El misionero

Poncho blanco no te apartes

de las huestes argentinas denodadas,

cuando suenen los clarines de la guerra,

cuando ruja la batalla y en el peplo de su sangre

el soldado herido caiga;

que te vea discurriendo

como lirio entre las rosas escarlatas

despertando bendiciones en las bocas

alegrías en las almas,

besos cálidos de amor sobre los pliegues

de la enseña azul y blanca;

y en la noche de la muerte,

sé la aurora de la vida que no muere,

de la vida que no pasa para el héroe

que ha sabido dar su vida por la vida de la Patria.


Fuentes: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / www. revisionistas.com.ar / Raone, Juan Mario – Fortines del desierto – Biblioteca del Suboficial Nº 143 http://www.fotolog.com/ejercitonacional

sábado, 26 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA ESCUELA DE SUBOFICIALES "SARGENTO CABRAL"


Con fecha 26 de marzo de 1881 el presidente de la República Argentina General Don Julio Argentino Roca dispuso la creación de la Escuela para Cabos y Sargentos. A partir de esta fecha se fue desarrollando el perfil y la estirpe del Suboficial del Ejército Argentino sobre la base del ejemplo de lealtad a su jefe, heredado del Sargento Juan Bautista Cabral.
En el año 2002 la Escuela vivió una instancia de cambios en su organización y en sus planes de estudios con el objetivo de optimizar los medios y la formación del personal, de acuerdo con lineamientos educativos emanados del Comando de Educación y Doctrina. En este marco se produjo la fusión de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral, que formaba a los suboficiales de las Armas; con la Escuela de Suboficiales para Apoyo de Combate General Lemos, que formaba a los suboficiales de las Especialidades y Servicios, en el predio que ocupaba ésta última, situado en Campo de Mayo.

La educación es uno de los pilares trascendentes de este Instituto y sus misiones son:

1. Formar al aspirante, futuro suboficial del cuadro permanente del Ejército Argentino.
2. Perfeccionar a los soldados voluntarios no operacionales de la reserva incorporada (Siglo XXI).
3. Proporcionar educación a distancia de nivel medio para el personal de cuadros, soldados voluntarios y civiles.

Los avances actuales en la ciencia y la tecnología obligan a las profesiones a desempeñar con eficiencia las funciones que le son propias. La carrera militar no es ajena a esta exigencia. Necesita preparar profesionales altamente capacitados y con motivaciones verdaderas
Fuente: www.esesc.ejercito.mil.ar

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jueves, 24 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE SAUCE REDONDO


Luego de la derrota de las tropas patriotas en Ayohuma y aprobado el plan sugerido por Dorrego para la reorganización de la vanguardia, éste permaneció unos días en las líneas avanzadoras, instruyendo oficiales y tomando diversas disposiciones. En su transcurso llegó al cuartel general de Tucumán el mayor Martín Güemes, a quien Manuel Belgrano había expulsado del ejército en la primera retirada de Jujuy, a consecuencia de una historia de amoríos que se hizo pública y chocó con las ideas de riguroso orden social sustentadas por el general ahora en desgracia. San Martín lo envió a la vanguardia, y Dorrego le colocó en el lugar que anteriormente había destinado a Pedro Zabala, que era de mucha acción y sirvió después a tan famoso y heroico guerrillero, para dar la medida de su capacidad.
Güemes pertenecía a una familia honorable de la Capital de la provincia que tanto habría de defender, y no carecía de cultura; pero, penetrado de la idiosincrasia del gaucho, especialmente en breve estadía en la Banda Oriental, donde contempló y admiró de cerca la popularidad de Artigas, aunque sin gustar de los propósitos de este caudillo, procuró identificarse con los campesinos el norte usando su traje, empleando su lenguaje, halagando en grotescas y zafadas peroraciones –que no dejaba escuchar a ninguna persona con alguna educación, ni aun a sus ayudantes- el odio a las clases superiores de la sociedad en general y a los falsos “nobles”, entre los cuales hubiera podido alternar, particularmente. Tenía esbelta figura, ancha y despejada frente, ojos singularmente vivarachos, poblada barba negra que dejaba crecer hasta el pecho; pero su vos era trabajosa y confusa, a consecuencia de un defecto de la úvula, según un contemporáneo: “quien no estaba acostumbrado a su trato, sufría una sensación penosa al oírlo”
Mientras el coronel Saravia daba cuenta a San Martín que habían sido distribuidas todas las partidas de acuerdo con las órdenes de Dorrego (10 de febrero de 1814), éste daba por terminada su misión en Salta y se retiraba al cuartel general de Tucumán.
Afanoso Güemes por probar en la pelea la bravura y la adhesión de los gauchos, como el enemigo no se atrevía a lanzar partidas a la campaña aleccionado por los percances ya sufridos, fue en su busca introduciéndose en el valle de Lerma; el 9 de marzo batió una avanzada realista en los suburbios de la ciudad, y el 11, habiendo realizado el coronel Castro una salida con toda su poderosa vanguardia para hacer lo que le parecía peligroso e inútil esperar de pequeños destacamentos, fue acosado de tal manera por los gauchos apostados detrás de los árboles, que se descorazonó muy pronto, y sin haber salido del valle, regresó a su cuartel a los tres días. “Los gauchos de Salta solos –oficiaba San Martín al Gobierno General- están haciendo al enemigo una guerra tan terrible….”.
El 18 de marzo, otra avanzada de la plaza fue sorprendida por los gauchos de Güemes; pero a despecho de eso, un piquete realista de 56 hombres al mando del capitán José Lucas Fajardo, consiguió deslizarse hasta las cercanías de Guachipas.
El 24, habiendo sido sentido por José Apolinar Saravia –gaucho joven que sentía dio feroz a los “godos”, y del cual se refiere que en la gloriosa tarde de Tucumán riñó con otro oficial que se opuso al sacrificio de un prisionero, y un rato después, viendo a aquél agredido por un enemigo rezagado, le salvó la vida, exponiendo la suya, sin reconciliarse-, pagó su temeridad. Saravia, reuniendo 30 “partidarios” de los que estaban a sus órdenes y algunos gauchos armados con garrotes y chuzas, lo acometió en Sauce Redondo, matando 11 hombres, entre los cuales cayó Fajardo, y haciendo 27 prisioneros, a cambio de cuatro bajas solamente. “No puedo prescindir de manifestar a V. S., aunque de paso –escribió San Martín al coronel Pedro José Saravia-, cuán pausible y satisfactoria me ha sido la valerosa comportación del precitado comandante don José Apolinar, la de su hermano don Domingo y de toda la demás gente de su mando en la brillante guerrilla del 24”.
Filiberto de Oliveira Cezar en su obra “Güemes y sus Gauchos”, transcribe una carta referida a este combate del comandante Saravia, dirigida a Güemes, fechada en Guachipas el 25 de marzo de 1814: “……. A las 2 de la tarde observaron mis descubiertas que el enemigo en número de 56 hombres bien armados, al mando del Capitán D. José Lucas Fajardo, se dirigía por el paso del río de Guachipas hacia este rumbo; inmediatamente di orden para que mis descubiertas y avanzadas, que estaban en el Sauce Redondo, se replegasen hasta las casas de D. Manuel Castellanos, entre tanto yo hacía avanzar mi retaguardia que se hallaba situada en la capilla para protegerlas oportunamente. En efecto, a las 3 ½ de la tarde campó el enemigo en el Sauce Redondo, y a las 4 rompí el fuego contra su avanzada, con una guerrilla de doce hombres al mando del Alférez de caballería de línea, D. José Antonio Suárez. Observando que muerto dicho alférez me rechazaban la guerrilla, cargué inmediatamente con el resto de mi división, y pasadas las primeras descargas de fusil, a las que se sostenía vigorosamente, mandé avanzar, sable, garrote y chuza en mano: en ese momento desordenado, el enemigo huyó vergonzosamente, de lo que resulta haber conseguido una completa victoria, haciéndoles 27 prisioneros, entre ellos 14 mal heridos; a más de éstos, 8 soldados, 2 sargentos y el Comandante Fajardo muerto; consistiendo mi pérdida únicamente en la muerte del Alférez Suárez, dos soldados y un paisano herido (…) Después de encarecer a V.E. el valor, constancia y regocijo con que todos mis soldados y paisanos se han comportado, debo particularmente recomendar a la consideración de V. E., la viuda e hijos de dicho Alférez Suárez, cuyo ingente valor lo precipitó en la tumba donde yace, con solo el interés de la libertad…” .
El 29 salieron de la plaza 80 realistas mandados personalmente por Castro, para atacar a los patriotas mandados por Güemes, cuyas posiciones habían sido descubiertas, pero el segundo se anticipó al primero, logrando sorprenderlo y desbaratarle la mitad de la gente.
Los servicios de Güemes fueron premiados con el grado de teniente coronel y el mando superior de la vanguardia, en que relevó al coronel Saravia. Aumentó su prestigio, su acción cobró aún mayor energía, y los realistas, cada vez más encerrados en la ciudad, creyeron sufrir el asedio de un gran ejército. Pidieron nuevamente refuerzos, y obtenidos, destinaron mil hombres a la conquista de una zona de la campaña, que les sirviese para extraer recursos. Esa fuerza, que maniobró fraccionada en dos divisiones mandadas respectivamente por los coroneles Gullermo Marquiegui (salteño) y Antonio María Alvarez, nada pudo conseguir; regresó a los pocos días, con gran fatiga y algunas pérdidas causadas por la diaria hostilización de los gauchos.

Fuentes: Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / www. revisionistas.com.ar / Oliveira Cezar, Filiberto de – Güemes y sus Gauchos: escenas de la independencia argentina – Buenos Aires (1895) / Paz, José María – Memorias póstumas / Uteda, Saturnino – Vida Militar de Dorrego – La Plata (1917).

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miércoles, 23 de marzo de 2011

PREPARANDO EL RANCHO


Grupo de soldados ocupado en preparar la comida. El tamaño del vivac sugiere que se trata de una subunidad, más precisamente de un escuadrón de caballería. El ganado pastorea en las inmediaciones, vigilado por un reducido grupo de soldados, mientras el resto del personal, habiendo armado sus carpas, espera el rancho. Este, constituido generalmente por espesos guisados, era preparado por alguno de los veteranos enganchados junto a los rancheros que distribuían la comida a sus camaradas.
Fuente: "Soldados 1848-1927" de la Fundación Soldados.


martes, 22 de marzo de 2011

NIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL BRIGADIER GENERAL JOSÉ ZAPIOLA


El 22 de marzo de 1780, nace en Buenos Aires el Brigadier General José M. D. Zapiola. Regresó de Europa en el mismo buque en que viajó a Buenos Aires el General San Martín, de quién fue amigo. Siendo oficial de marina de profesión, contribuyó a la formación del Regimiento de Granaderos a Caballo y a la organización del Ejército de los Andes. Peleó en Chacabuco y en Maipú y tuvo actuación en la Guerra del Brasil.
Héroe de la Independencia, comandante de los granaderos a caballo en la batalla de Chacabuco. Nació en Buenos Aires, hijo de Manuel Joaquín de Zapiola, oficial de marina español que acompañó la expedición de Pedro de Ceballos al Río de la Plata y de María Encarnación de Lezica y Alquiza.Fue enviado a España para instruirse en la marina española; egresó de la Escuela Naval en 1796 y le asignaron tareas navales; en 1810, lo destinaron a Buenos Aires y su participación en la Revolución de Mayo le costó que las autoridades realistas lo enviaran de vuelta a España; allí, en Cádiz, conoció a Carlos María de Alvear y a José de San Martín y se unió a ellos en su decisión de regresar a Buenos Aires para luchar por la independencia; los acompañó a Londres y luego a Buenos Aires en el buque George Canning; cuando llegaron, en 1812, Zapiola se presentó, de inmediato junto con ellos, ante la Primera Junta; también colaboró para establecer la Logia Lautaro, ayudó a San Martín en la organización de los granaderos a caballo, intervino en el exitoso sitio de Montevideo en 1814, bajo las órdenes de Alvear.Fue comandante del regimiento de granaderos en el ejército de los Andes; luchó en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú; tomó la ciudad de Chillán en el sur de Chile, de manos de los realistas; en junio de 1819, regresó a Buenos Aires y se reincorporó a la marina; fue comandante de una escuadra fluvial que Buenos Aires envió contra los caudillos del litoral (1821).En 1829 se retiró de la vida pública para dedicarse a las actividades rurales; permaneció en esta situación hasta después de la caída de Rosas en Caseros en 1852; regresó al servicio activo como comandante de marina y fue ministro de Guerra y de Marina en el gabinete del gobernador Valentin Alsina de Buenos Aires; se retiró de la marina; murió en Buenos Aires.


lunes, 21 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA BASE GENERAL SAN MARTÍN


A las 15.30, con una austera y significativa ceremonia, queda fundada la Base Antártica de Ejército “San Martín”, a los 68º07’55” de latitud sur y -67º08’12” de longitud oeste, a 187 km al sur del Círculo Polar Antártico, a 3.850 km de Buenos Aires y a 2.431 km del Polo Sur Geográfico, emplazada entre rocas a 10 m sobre el nivel del mar en el Islote Barry, en la Bahía Margarita. Luego de efectuada la bendición de las instalaciones por el Sacerdote Salesiano Dr. Juan Monticelli, el Cnl Hernán Pujato, expresa lo siguiente: “Esta Base es la más austral de la República Argentina, la más austral del mundo, lo que para muchos era una utopía, es hoy una tangible realidad, ¡Viva la Patria! Su dotación fundadora fue la siguiente: Cnl I Hernán Pujato (jefe), Cap I Jorge Julio Mottet, Tte Farm Luis Roberto Fontana (regresaría al país por un accidente), Sarg Ay Mec Rad Juan Heraldo Riella, Sarg Mec Rad Hernán Gonzalez Superi, Sarg Baq Lucas Serrano, Dr. Ernesto Gomez, Sres. Ángel María Abregu Delgado y Antonio Moro. Se sumaron, además, 25 soldados conscriptos voluntarios carpinteros que regresaron a Buenos Aires.

Es la primera Base del Ejército Argentino en la Antártida, ya que fue fundada el 21 de Marzo de 1951 por el entonces Coronel Hernan Pujato. La creación de esta Base, que por mucho tiempo fue una de las más australes del mundo, respondía a la necesidad de la Nación de reconocer una de las áreas más alejadas de la Antártida y ejercer allí la soberanía con la primera estación, al sur del Círculo Polar. Desde ella se hicieron las primeras travesías argentinas de mediano y largo alcance.


La base cuenta con las siguientes dependencias:
*Enfermería
*Capilla
*Usina Principal
*Usina Auxiliar
*Parque Automotor (incluye Incinerador)
*Taller Automotor
*Laboratorio San Martín (Casa Auxiliar)
*Depósitos Varios
*Casa Principal de Alojamiento
*Carpintería

La base San Martín, que por mucho tiempo fue una de las más australes del mundo respondió al interés nacional por reconocer una de las áreas más alejadas de la Antártida, ejercer allí una soberanía efectiva y tener, además, una estación científica ubicada al S del Círculo Polar.
Las dificultades para hallar un barco que transportara a hombres y materiales hasta bahía Margarita obligaron a contratar a un buque carguero, el “Santa Micaela”, de la compañía naviera Pérez Companc, comandado por el Capitán de Ultramar Santiago Farrell.
El “Santa Micaela” partió del puerto de Buenos Aires el 12 de febrero de 1951, para fondear en punto de destino el 8 de marzo. La última parte del viaje fue realizada con la escolta del remolcador “Sanavirón” de la Armada.
Tras la llegada, en 12 días de trabajo se levantó la casa-habitación de dos pisos, con paredes dobles de madera.
Se instaló además, una casa-depósito y otra de emergencia; cinco galpones de chapa para víveres, generadores, alojamiento de jaurías y se elevaron las cuatro torres de la antena rómbica de 25 metros de altura.
El 21 de marzo de 1951, en presencia del las tripulaciones del “Sanavirón” y del “Santa Micaela”, con la bendición del padre salesiano Juan Monticcelli, el entonces Coronel Hernán Pujato inaugura la base San Martín, fruto de su proyecto visionario y marca un hito importante en la historia argentina, ya que constituye el primer asentamiento humano al S del Círculo Polar Antártico.
La dotación Fundadora estaba constituida por:
Coronel Hernán PUJATO.
Capitán Jorge Julio MOTTET.
Teniente Farmacéutico Luis Roberto FONTANA.
Suboficial Ayudante Haroldo RIELLA.
Cabo Mayor Lucas SERRANO.
Cabo Mayor Hernán S. GONZÁLEZ SUPERÍ.
Doctor Ernesto GÓMEZ.
Señor Ángel M. ABREGÚ DELGADO.
Señor Antonio MORO.
Dificultades iniciales postergaron en gran medida el trabajo científico, aunque diariamente se registraban todos los datos meteorológicos para irradiar a Buenos Aires y elaborar luego pronósticos. La base, proporcionaba datos invalorables para la navegación de los mares vecinos a la península Antártica.
A partir de la fundación de la base en 1951, se construyeron en su zona de influencia una serie de refugios que quedaron como testimonio del paso de los argentinos por aquellos recónditos lugares: Paso de los Andes, Nogal de Saldán, Granaderos, Plumerillo, Chacabuco, Yapeyú, Maipo y 17 de Agosto.
En esta oportunidad hizo su aparición en la Antártida el primer helicóptero argentino, un Sikorsky 51, a cargo del piloto civil Hugo J. Parodi.
El 30 de junio de 1952, un incendio, exacerbado por el “blizzard”, devoró la vivienda principal y dos depósitos de víveres, la usina y la estación de radio.
De todos modos con los víveres racionados y con el combustible muy medido se hicieron reconocimientos en todas direcciones.
Durante la campaña 1952-53, el hielo impidió el paso de las naves de relevo, lo cual agravó la situación de los veinte habitantes de la base San Martín.
Fue entonces que el 26 de marzo de 1953, el avión “Cruz del Sur” de la Fuerza Aérea Argentina, sobrevoló la base arrojando víveres y otros elementos inapreciables. Este vuelo, comandado por el Capitán Bordedes Castex, fue la segunda visita a bahía Margarita de nuestra aviación.
En 1960, la base fue desactivada volviendo a funcionar a partir del 21 de marzo de 1976, como base permanente.
Fuente: http://www.antartico.ejercito.mil.ar/

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domingo, 20 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA CRACION DE LA ESCUELA MILITAR DE MONTAÑA


El 20 Marzo de 1964 se crea la Escuela Militar de Montaña.
Este Instituto nació el 20 de marzo de 1964 como “Destacamento de Instrucción Andino” nutriéndose inicialmente con los Oficiales y Suboficiales del Batallón de Ingenieros de Montaña 6.
Tiene como antecedentes inmediatos a los Destacamentos de Montaña de Cuyo y Norte, que centralizaron la educación de los montañeses militares hasta el año 1940.
La gran reorganización llevada a cabo en el Ejército en la década del 60, transformó esos Destacamentos de Montaña en las actuales Brigadas VI y VIII de la especialidad, ambas dependientes Cuerpo de Ejército IV “Ejército de los Andes”, el que debió su denominación al glorioso Ejército Libertador, primer Cuerpo de Montaña de América, ideado y conducido por el Gran Capitán Don José de San Martín.
El 18 de diciembre de 1967 cambió su denominación por la de “Escuela de Instrucción Andina”, acorde con su dependencia orgánica del Comando de Institutos Militares. A fines de 1980, en razón de nuevos conceptos y criterios orgánicos, el Instituto tomó su actual denominación.
Actualmente, la Escuela Militar de Montaña constituye el centro de entrenamiento avanzada de actividades y técnicas de combate en montaña del que dispone la Fuerza. Para ello, tiene responsabilidad primaria sobre el planeamiento y desarrollo de sus cursos complementarios para la preparación de los Cuadros del Ejército en técnicas, habilidades y destrezas, así como en la conducción táctica de fracciones específicas y particulares de montaña.
El año académico militar se articula en una sucesión ininterrumpida de cursos: en época estival con prioridad en técnicas andinas de escalada, y en época invernal con preponderancia en técnicas esquísticas.
Otros cursos complementarios contribuyen a vertebrar un adiestramiento homogéneo y coherente que alcanza su grado más avanzado en el curso de Cazadores de Montaña.
A lo largo del año, la Escuela Militar de Montaña recibe contingentes de Oficiales, Suboficiales y Soldados de países amigos, que participan del desarrollo de diversos cursos, como así también en actividades de intercambio individual y de fracciones orgánicas.
Dentro de las tareas que realiza el Instituto cabe destacar los periódicos reconocimientos realizados en la región de montaña de nuestro país, Los Hielos Continentales, apoyo al curso de adaptación que realiza el Comando Antártico y el apoyo a empresa andinísticas de envergadura, nacionales e internacionales, que pueda realizar personal civil y /o militar de la Fuerza o de otras FFAA. Consecuentemente con las misiones subsidiarias del Ejército, la Escuela Militar de Montaña participa en el apoyo a la comunidad en la lucha contra incendios forestales, desastres naturales como derrumbes, en la búsqueda y rescate de andinistas, y turistas extraviados o accidentados en la zona andina de su jurisdicción.
Entre los cursos más importantes que se dictan encontramos el de Escaladores Militares, Instructores o Subinstructores Militares de Andinismo, Esquiadores Militares, Instructores o Subinstructores Militares de Esquí y el de Cazadores de Montaña.
También existen cursos complementarios como Instructor de Cazadores de Montaña, Nivelación de Baqueanos, Rescate en Montaña y el de Jefes de Subunidad de Montaña.
La tarea de la Escuela Militar de Montaña trasciende la frontera de lo estrictamente militar, ya que cuenta con el reconocimiento de otras instituciones privadas nacionales e internacionales, y actividades de intercambio con países como España, Chile y Estados Unidos.
Fuente: Ejercito.


sábado, 19 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CANCHA RAYADA


El día 19 de marzo de 1818 se produce la Batalla de Cancha Rayada. Fuerzas realistas atacan el campamento del Ejército de los Andes, logrando desarticular las defensas y producir grandes pérdidas de hombres y material. El Coronel Juan Gregorio de Las Heras logró organizar una defensa efectiva con su unidad, el 11 de Línea, sin alcanzar a contener el ataque español.
Después del juramento de independencia el 12 de febrero de 1818, el ejército unido argentino-chileno conformado por 8.000 hombres, seguía observando a los realistas que avanzaron situándose en la ciudad de Talca.
Al caer la noche del 18 de marzo de 1818, el ejército aliado acampó en dos líneas paralelas dispuesto a pasar la noche. El General y Libertador José de San Martín viendo su posición muy comprometida, decidió cambiar de posición antes del amanecer, pero a iniciativa del General José Ordoñez, los realistas decidieron atacar cuanto antes.
Sorpresivamente, San Martín fue avisado de que el enemigo salía de la ciudad, y sin tiempo para organizar la defensa, fue atacado por las tropas realistas. La confusión y el pánico desorganizaron las filas patriotas. Pero el General Juan Gregorio de Las Heras, que conocía la táctica realista de tomar por sorpresa al enemigo, pudo salvar íntegra la división de 3.000 hombres, escapando a menos de 200 metros de la retaguardia realista en un acto brillante. Cabe aclarar que Ordoñez era un viejo conocido de Las Heras, que lo había enfrentado varias veces antes y durante el sitio y asalto de Talcahuano..
San Martín logró movilizar a sus hombres hacia una posición donde sus tropas comenzaron a responder el fuego. Una vez realizada la maniobra las tropas patriotas se retiraron dejando 120 muertos, 300 heridos, 2.000 dispersos y 21 cañones. Los realistas tuvieron cerca de 200 muertos y heridos.

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viernes, 18 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL CORONEL JUAN PASCUAL PRINGLES


El 18 de marzo de 1831 fallece el Coronel Juan P. Pringles. Había nacido en la ciudad de San Luis el 17 de mayo de 1795. Sirvió a las órdenes de San Martín en las campañas libertadoras de Chile y Perú. Estuvo prisionero de los españoles en las Casas Matas de El Callao. Vuelto a Buenos Aires, formó parte de las fuerzas del General José M. Paz. Fue muerto durante una acción contra las montoneras del caudillo Quiroga en la Provincia de Córdoba.Era un empleado de comercio que se enroló en las milicias de caballería de su provincia, en la época en que el General Jose de San Martin era gobernador de la provincia de Cuyo. Pasó sus primeros años repeliendo ataques de indios. En febrero de 1819 se rebelaron los prisioneros realistas confinados en San Luis, de los cuales la mayor parte eran los prisioneros de las batallas de Chacabuco y Maipú. El más importante de ellos era el general José Ordóñez. Atacaron el cuartel de la ciudad y la casa del gobernador Vicente Dupuy, pero la rápida reacción del pueblo y de los soldados de la guarnición logró vencerlos; entre los héroes de la jornada se contaron el joven Pringles y un comandante riojano de milicias llamado Facundo Quiroga. Todos los prisioneros fueron muertos.En noviembre de 1819 se incorporó al Ejército de los Andes, en el Regimiento de Granaderos a Caballo, con los que hizo la campaña libertadora al Perú. Allí participó en el desembarco en Paracas y en la batalla de Nazca.
Cuando un escuadrón realista se dispuso a pasarse a los patriotas, San Martín le envió instrucciones y garantías con una pequeña partida mandada por el teniente Pringles. Pero éste fue sorprendido por una partida realista en la playa de Pescadores, cerca del pueblo de Chancay. Superado por el número de sus enemigos se arrojó al mar, dispuesto a morir antes que rendirse o perder los mensajes. El general realista Jerónimo Valdez le prometió respetar su vida, lo ayudó a salvarse y le permitió destruir los mensajes. Estuvo prisionero en El Callao hasta que éste cayó en manos patriotas. Se reincorporó a su regimiento, con un escudo que decía "Gloria a los Vencidos en Chancay".
Participó luego de la fracasada expedición a los puertos intermedios de la costa sur del Perú. Más tarde luchó en Junín y Ayacucho.
De regreso a la Argentina, participó en la guerra del Brasil y tuvo una actuación destacada en la batalla de Ituzaingó a órdenes de José María Paz.
Se unió a la revolución del general Juan Lavalle contra Manuel Dorrego e hizo la campaña al interior de la provincia de Buenos Aires, peleando en Las Palmitas (cerca de la actual Junín, a órdenes de Isidoro Suárez. Se unió a la campaña del general Paz hacia Córdoba, participando en las batallas de San Roque, La Tablada y Oncativo.
Fue ascendido al grado de coronel y enviado a reclutar tropas en su provincia, regresando al frente de ellos a Córdoba. Al llegar a Río Cuarto, encontró a la población esperando el inminente ataque de Facundo Quiroga, que se había reincorporado a la guerra contra todas las esperanzas. Dirigió la defensa de la villa contra Quiroga, pero cuando éste la tomó por asalto logró escapar hacia San Luis.
Fue alcanzado por Quiroga y derrotado en San José del Morro. Pocos días más tarde, nuevamente fue derrotado en las márgenes del río Quinto. Fue alcanzado por un oficial federal que no lo reconoció y le intimó rendición. Pringles contestó que sólo se rendiría ante Quiroga, por lo que el oficial le descerrajó un tiro.
Moribundo, fue llevado a presencia de Quiroga, pero murió en camino. Quiroga cubrió su cuerpo con su propio poncho. Y amonestó al oficial que lo había matado:
"¡Por no manchar con tu sangre el cadáver del valiente Coronel Pringles, no te hago pegar cuatro tiros, ahora mismo! ¡Cuidado otra vez, miserable, que un rendido invoque mi nombre!"La exclamación de su enemigo es el mejor homenaje que se le pudo hacer a este valiente soldado de la independencia.

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jueves, 17 de marzo de 2011

PROBANDO LA COMIDA


Una de las misiones del servicio de semana era probar la comida del personal de tropa. El oficial y los suboficiales controlaban la limpieza de los rancheros., la de los elementos con que se servía la comida, su cantidad y calidad. Puede verse al oficial, luciendo el quepí blanco con los galones indicativos de su grado, y a los suboficiales probando el menú. En primer plano, un sargento y más atrás, varios cabos. Los rancheros visten la ropa de faena confeccionada en brin de color caqui. En el suelo están las ollas conteniendo la comida, popularmente conocidas como “morochas” al estar ennegrecidas por su uso sobre las cocinas de leña.
Fuente: "Soldados 1848-1927" de la Fundación Soldados.


miércoles, 16 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO


"De lo que mis Granaderos son capaces, solo lo sé yo. Quien los iguale habrá; quien los exceda, no."

General Jose de San Martín.


REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO GENERAL SAN MARTÍN.
El Regimiento de Granaderos a Caballo entra en la historia de la Patria al mismo tiempo que su ilustre creador el General San Martín. El 16 de marzo de 1812 marca el momento en que el Libertador, apenas llegado al suelo natal, inicia su obra con la creación de una unidad modelo, que sería su predilecta y que justificaría siempre, con creces, la confianza y el orgullo de su Jefe.
Sabía el General San Martín que la grandiosa empresa de la libertad de América requería soldados apasionados por la Patria y el deber, seleccionados y disciplinados austeramente, orgullosos de su Regimiento, conscientes de su propio valor, poseedores de un alto sentido de la responsabilidad y de la dignidad humana. Soldados tales que constituyeran ejemplo sobre el cual moldear el tipo de un Ejército capaz de acometer los mayores esfuerzos.
Así crecieron los Granaderos a Caballo que desde Buenos Aires a Quito, sembraron a lo largo del camino con sangre y con valor, los ideales de libertad y soberanía de los pueblos que habían surgido en los días de Mayo, a través de un decenio de constantes luchas.
Desde el 03 de febrero de 1813, en el combate de San Lorenzo, su bautismo de fuego: 120 Granaderos enfrentaron con derroche de valor y sin límites a 250 bizarros españoles. En dicho combate pierde la vida el Sargento quien arriesgó su vida para salvar la del Gran Capitán, quien fue mal herido, hasta Ayacucho en 1824, el Regimiento combatió en todos los teatros de operaciones en que se luchó por la libertad y seis países americanos supieron de su valor y disciplina. En este lapso actúa en veinte campañas, sus efectivos participaron en ciento diez acciones de guerra y conquistaron 22 condecoraciones. Nuestro país le confirió los títulos de Benemérito de la Patria en Grado Eminente y a su vez Colombia los designa Benemérito en Grado Eminente.
En enero de 1817 el Regimiento, formando parte del glorioso Ejército de los Andes, bajo las órdenes del Coronel Zapiola inicia la gran hazaña de atravesar la Cordillera de los Andes y libertar a Chile. El mismo año el triunfo de Chacabuco corona sus esfuerzos. En 1822, en el combate de Riobamba, donde Lavalle agrega una página más de gloria al ya extenso historial de los Granaderos, logrando la victoria. En agosto de 1824 se define la Independencia del Perú. en la Batalla de Junín, donde “Granaderos de Colombia”, “Granaderos de los Andes” y “Húsares de Colombia”, compiten con valor y arrojo, cubriéndose de heridas y gloria. En diciembre, con la derrota y rendición de las fuerzas españolas en la Batalla de Ayacucho, se cumple así el vaticinio y anhelo del Gran Capitán. Liberado Perú, América es libre.
Tal fue el Regimiento de Granaderos, su historia es la de la Patria misma y su trayectoria está unida indisolublemente a la libertad del continente. Así ha podido decirse que es "la más alta personificación de la gloria militar en América" y "que con sus hechos de armas dejó trazado a su paso una este la luminosa de triunfos tan señalados, de victorias de tanta importancia, que no hay, aún hoy, en la historia de todas las fuerzas militares de las diferentes naciones que forman el mundo americano, unidad orgánica alguna que ostente un historial de servicios análogos".
En enero de 1826 se cierra el ciclo glorioso y regresan a Buenos Aires los restos del Cuerpo después de 11 años de lucha, al mando del Coronel Bogado, quien fue el último Jefe del Regimiento de la primera época. Sus armas, se depositaron en el cuartel del Retiro de donde un día las habían tomado para iniciar la gesta, se guardaron en una sencilla caja de madera en la que se colocó en bronce, esta simple pero elocuente inscripción: "Armas de los Libertadores de Chile, Perú y Colombia". El Regimiento "que nunca fue rechazado y cubrió de laureles a la Patria, había hecho honor a las palabras de su glorioso Jefe "de lo que mis Granaderos son capaces sólo yo sé; quien los iguale habrá, quien los exceda no".
A principios de siglo, el General PABLO RICHIERI, de su propio puño, en un documento que se atesora en el Museo de la Unidad, escribió el borrador del decreto de recreación del Regimiento que se promulgó con fecha 29 de mayo de 1903, con la firma del Presidente ROCA.
La unidad volvió a utilizar el histórico uniforme que dispusiera su fundador y un tiempo después en el año 1907 y durante la Presidencia del Doctor FIGUEROA ALCORTA se le confirió la función de ser escolta presidencial, denominándoselo como Regimiento Nro 1 Granaderos a Caballo hasta que el Presidente ROQUE SAENZ PEÑA en 1909 resolvió que mantuviera su designación original.
El cuerpo tuvo asiento provisorio en Campo de Mayo, en el Regimiento 8 de Caballería luego sigue a éste a Ciudadela, donde permanecería hasta la finalización de la construcción de un nuevo edificio que tendría lugar sobre la barranca del Plata, sitio donde se construyó un edificio en una variante del Art Nouveau francés.
Esto constituía una verdadera revolución estética en el mundo de fines del siglo XIX y comienzos del presente. Es una confirmación del cuidado puesto en la concepción de la obra, pues se eligió un estilo arquitectónico de vanguardia, en pleno auge, cuya elegancia despojada de adornos excesivos, se prestaba para una obra militar.
En esta segunda época el Regimiento de Granaderos ha visto transcurrir casi un siglo de su existencia y ha sido testigo activo de los principales episodios políticos y militares que jalonaron la historia moderna de la Argentina.
Por decreto del Poder Ejecutivo Nacional 1109 de fecha 24 de octubre de 1997 es declarado Monumento Histórico Nacional a las instalaciones del cuartel de Palermo del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", incluyendo a los edificios, jardines, y la barranca sobre la avenida Luis María Campos, convirtiéndose así en el PRIMER Cuartel del Ejército Argentino que merece tan alta distinción.
El Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", es el Regimiento Escolta Presidencial de la República Argentina, teniendo vinculación de dependencia de la Guarnición Militar Buenos Aires por sus misiones operacionales, y en el cumplimiento de las misiones de Ceremonial y Seguridad, como una Unidad dependiente de la Presidencia de la Nación.

Fuente: http://www.rgcgsm.ejercito.mil.ar/

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martes, 15 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENERAL MANUEL SAVIO


El general Manuel Savio fue el continuador -en la década de 1930- de las tesis esgrimidas y materializadas en los años veinte, desde YPF, por el general de brigada Enrique Mosconi, que tuvo una acción destacada durante el gobierno de Yrigoyen. En la década de 1920, Mosconi viajó a Europa, donde permaneció tres años, comprobando los profundos cambios que se estaban produciendo a partir del desarrollo de las industrias químicas y de la siderurgia. Cuando regresó al país, se propuso aplicar su experiencia para desarrollar y transformar la economía nacional agro-exportadora en otra que tuviera a las industrias de base como su motor de crecimiento, ya que consideraba que no existiría seguridad ni defensa del país desvinculadas de las manufacturas. Para ello formó un plantel de ingenieros militares, convocando como profesores a los profesionales más idóneos, realizando una "movilización nacional" de carácter militar y técnica al mismo tiempo, correlacionando las posibilidades de la industria con las necesidades de la defensa. Afirmaba que "la industria del acero es la primera de las industrias y constituye el puntal de nuestra industrialización. Sin ella seremos vasallos". En 1930 Manuel Savio -teniente coronel, jefe del Curso Superior y Especial del Colegio Militar- eleva el proyecto para crear la Escuela Superior Técnica, abierta a los oficiales de todas las armas. Por una suerte de compensación histórica, el general Uriburu, que manda detener e investigar a Mosconi -creador de YPF- facilita a Savio (su continuador en otro ámbito), el medio para realizar sus planes.
A fines de 1934 egresan los primeros ingenieros militares. El 24 de diciembre de 1936 asume la dirección de Fábricas Militares, pero advierte que no funciona como debería, para lo cual eleva el 11 de mayo de 1938 al Poder Ejecutivo un proyecto de ley para crear la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). Con ese fin actúa como un verdadero político, buscando aliados en todos los sectores, convenciéndolos de sus beneficios para el país. El 9 de octubre de 1941 se promulga dicha ley, que además lo autoriza a realizar exploraciones y explotaciones tendientes a la obtención de cobre, hierro, plomo, estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio. Además del desarrollo de un programa de prospección geológico-minera en la Antártida Argentina. "Es un error el haber estructurado 'a priori' nuestra economía, posponiendo arbitrariamente a los metales con respecto a los cereales", afirmaba. Luego propuso buscar yacimientos de hierro en el país. Los encontró en las serranías de Zapla (Jujuy). Los informes corroboran que el yacimiento es una cuenca sedimentaria de hematita cuya potencia visible asegura grandes reservas y justifica sobremanera la inversión necesaria para emplazar un "Alto Horno". Se inicia inmediatamente la "gesta Zapla" cuando el país sufre el bloqueo de los grandes consorcios. Savio intenta formar una "conciencia metalúrgica", apelando a los industriales, y recordando que la fábrica argentina de carburo de calcio debió cerrar por el "dumping" del exterior. Afirma en la ocasión: "La industria siderúrgica es fundamental, es primordial, la necesitamos como hemos necesitado nuestra libertad política". El 11 de octubre de 1945 (en plena evolución de los episodios militares que favorecieron la marcha del 17 y la posterior elección del entonces coronel Juan Domingo Perón) se produce la primera colada de hierro fundido hecha con materias primas nacionales. Poco después entrega al presidente Farrell -en enero de 1946- su Plan Siderúrgico Nacional (Ley 12.987 o "Ley Savio"), que es sancionada el 13 de junio de 1947 -durante la primera presidencia de Perón- con el apoyo tanto del justicialismo como del radicalismo. Así se origina SOMISA (Sociedad Mixta Siderurgia Argentina), cuyos altos hornos son emplazados en terrenos elegidos por el propio Savio en los márgenes del arroyo Ramallo, en las cercanías de San Nicolás. Como presidente de su directorio renuncia a sus honorarios, pero no alcanza a ver concluídos sus sueños, debido a que muere el 31 de julio de 1948, a los 56 años. El Gobierno -a pesar del asedio de los oficiales que sucedieron a Savio- prácticamente olvidó los planes siderúrgicos, y hubo que aguardar hasta 1960 para ver inaugurada a SOMISA y hasta el 5 de mayo de 1961 para presenciar la primera colada de acero nacional. Por ello se instituyó, con justicia, al 31 de julio como "Día de la Siderurgia".
Fuente: www.todo-argentina.net


lunes, 14 de marzo de 2011

REGIMIENTO DE CABALLERÍA NRO. 6 "LANCEROS DE OLAVARRIA"


Fue creado por decreto de 4 de agosto de 1826 designándose para su mando y organización al Coronel José Olavarria.
El vistoso uniforme agregado, pertenece a su jefe, aunque se cree que, a pesar del decreto del 5 de julio de 1826, sus soldados lo usaron, según algunas referencias.
Este regimiento hizo toda la campaña del Brasil con brillante actuación, disolviéndose a su regreso.
Fuente: Uniformes de la Patria del Comando en Jefe del Ejercito – Circulo Militar.



domingo, 13 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GENERAL JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN


Hijo de un comerciante francés, no pudo terminar sus estudios y en 1795 fue enviado a Cadiz, España para asumir las responsabilidades del negocio de la familia después de la muerte de su padre. Pasó los años siguientes viajando por Francia y España.
Regresó a su ciudad natal en 1805, habiendo ya reunido una fortuna considerable como comerciante. Al producirse la primera de las invasiones inglesas en 1806, dirigidas por el General Beresford y el comodoro Sir Popham, se dirigió al campo y reunió un ejército voluntario que entrenó para recobrar la ciudad, junto a otros oficiales como Martín Rodriguez y Cornelio Zelaya. Cuando los ingleses se enteraron de sus actividades, lo atacaron en la Chacra de Perdriel (actualmente Partido de General San Martín), derrotándolo. Sin embargo, lo exiguo de la derrota dejó en claro que se podía derrotar a los invasores con mayores fuerzas. Se unió al ejército que trajo de Montevideo el también francés Santiago de Liniers y participó con él en la llamada Reconquista de Buenos Aires, el 12 de agosto.
Fue el primer comandante del regimiento de Húsares de Buenos Aires, que muy pronto quedó en manos de Rodríguez. A fin de año, el Cabildo de Buenos Aires lo nombró su representante ante el gobierno de Madrid para pedir ayuda, ya que la flota inglesa aún controlaba el río. No consiguió absolutamente nada.
Al producirse la invasión francesa a España, regresó a Montevideo en enero de 1809, pero fue arrestado por orden del gobernador Francisco de Elío, enemigo del virrey Liniers. Logró fugarse y llegó a Buenos Aires, donde intentó convencer a Liniers que no entregara el mando al nuevo Virrey, Baltasar Cisneros; sólo consiguió un nuevo arresto. Huyó por segunda vez, y viajó a Río de Janeiro, actuando como mensajero del partido carlotista, con lo que tampoco logró resultado alguno
En junio de 1810 llegó a Buenos Aires, donde se enteró del estallido de la Revolución de Mayo y se puso a disposición del nuevo gobierno. Poco después fue nombrado gobernador de Córdoba. Tras el fusilamiento de Liniers, llevó la tranquilidad a la ciudad por medio de una amnistía. Apoyó al Ejercito del Norte y envió al Deán Funes como diputado a la Junta Grande. En enero de 1811 asumió como gobernador de Chuquisaca, donde estaba cuando se produjo la derrota en la batalla de Huaqui.
Tomó el mando del Ejército y dirigió la retirada hacia el sur. Al pasar por Potosí se llevó toda la plata amonedada y sin acuñar que encontró, salvando los únicos caudales de que disponía el gobierno. En septiembre fue nombrado oficialmente comandante del Ejército del Norte, pero su papel fue muy deslucido; fue reemplazado por Manuel Belgrano en marzo del año siguiente y regresó a Buenos Aires.
Apenas llegado a la capital fue nombrado miembro del Primer Triunvirato en reemplazo de juan Jose Paso. El gobierno era dirigido por el ministro Bernardino Rivadavia, y su actitud hacia la revolución era, como mínimo, tibia. Encargó al recién llegado José de San Martín la formación del Regimiento de Granaderos a Caballo y detuvo la masacre de españoles que siguió a la denuncia de conspiración contra Martín de Álzaga.
Al llegar la noticia de la victoria de Belgrano en la Batalla de Tucumán, el Triunvirato fue acusado de debilidad, ya que ésta había sido logrado en contra de las órdenes del gobierno. Un golpe de estado obligó al cabildo a nombrar un Segundo Triunvirato.
Rivadavia y Pueyrredón fueron desterrados. Terminó confinado en San Luis, donde se dedicó al comercio y la agricultura. A fines del año siguiente, recibió la visita de San Martín, que lo convenció de la conveniencia de reconquistar Chile y desde allí hacer una campaña naval al Perú.
Regresó a Buenos Aires a principios de 1815, y se instaló en una quinta en San Isidro. En enero del año siguiente fue electo diputado por San Luis al Congreso de Tucumán; a poco de llegar, éste lo nombró Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Antes de partir hacia la capital se entrevistó con el General Martin Miguel de Güemes y luego, en Córdoba, con San Martín, con quien ajustaron todo el plan de la campaña a Chile. De allí en más, la mayor parte de sus esfuerzos estuvieron concentrados en apoyar el plan de liberación continental de San Martín.
Envió al Ejército de los Andes todo el armamento y las tropas que pudo, además de algunos oficiales destacados. Por otro lado, envió en campañas de corso alrededor del mundo a los Capitanes Hipólito Bouchard y Guillermo Brown. Su papel en la liberación de Chile fue muy destacado, y también colaboró en lo que pudo a la organización del ejército que debería reconquistar Perú.
Su gobierno interno no tuvo ese brillo: entre sus numerosas iniciativas fracasadas estuvieron el avance de las fronteras hacia el sur, la fundación de un banco nacional, y varios repetidos intentos de coronar a un príncipe europeo como rey de su país.
Persiguió a la oposición, desterrando a varios de sus dirigentes, entre ellos Manuel Dorrego, Vicente Pazos Kanki, Feliciano Chiclana, Manuel Moreno, Miguel Pagola y varios más.
Reorganizó la Logia Lautaro que había gobernado entre 1812 y 1815 a través de Carlos María de Alvear y la puso al mando de su ministro Gregorio García de Tagle.
Después de la invasión portuguesa, reemplazó al gobernador federal de Córdoba por uno adicto, y envió una serie de invasiones a las provincias federales del litoral: dos campañas contra Santa Fe, tres contra Entre Rios y una contra la Banda Oriental. Explicó a Artigas que no podía afrontar los gastos de expulsar a los portugueses porque todos los recursos iban al Ejército de los Andes; pero si pudo lanzar tantos soldados contra las provincias opositoras, bien habría podido intentar algo contra el enemigo exterior. De hecho, al menos uno de los ejércitos que invadió Santa Fe era más numeroso que el Ejército de los Andes.
Y aún así, no consiguió doblegar la resistencia federal del litoral, que resistía aún a mediados de 1819. Ese año, poco después de jurar la nueva constitución, renunció al cargo.
En su lugar fue electo José Rondeau, que continuó su política y presidió su fracaso. A principios de 1820 caían el Directorio, el Congreso y la constitución, y las provincias se declaraban autónomas del poder central. El gobernador Manuel de Sarratea lo hizo arrestar por exigencia de los caudillos federales, para enjuiciarlo por traición a la patria por sus invasiones a las provincias y por el apoyo a la invasión portuguesa. Pero, horas después, el mismo Sarratea lo ayudó a escapar, terminando exiliado en Montevideo, bajo protección portuguesa.
Regresó a Buenos Aires en marzo de 1821, y dos años después su esposa Calixta Tellechea y Caviedes — hija de uno de los ajusticiados de 1812 — le daba su único hijo, el famoso pintor e ingeniero civil Prilidiano Pueyrredón, nacido en Buenos Aires el 24 de enero de 1823.
Durante los años siguientes jugó sólo un papel de menor importancia en la política; el presidente Rivadavia lo acusó de falsear su declaración de bienes, pero poco después lo nombró miembro de la Comisión Militar encargada de la reforma del ejército. En 1829 intentó sin éxito mediar entre el General Juan Galo de Lavalle y Juan Manuel de Rosas; al iniciarse el segundo gobierno de éste, en 1835, se exilió en Burdeos, Francia, en Río de Janeiro y en Paris.
Regresó en octubre de 1849 a San Isidro, y allí murió en marzo del año siguiente. Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.


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sábado, 12 de marzo de 2011

DÍA DE LA DIRECCIÓN DE REMONTA Y VETERINARIA


En la fecha en que se conmemora un nuevo aniversario de la creación de la Dirección de Remonta y Veterinaria, saludamos afectuosamente a todos sus integrantes.

Por decreto del 23 de marzo de 1898, siendo presidente de la República el Teniente General Julio Argentino Roca y Ministro de Guerra el General Luis Maria Campos, se crea la Inspección General de Remonta, siendo el primer Inspector General de Remonta el General de División Victoriano Rodriguez.
Posteriormente, al reorganizarse el ministerio de guerra en 1916, por Boletín Militar Nro 1.054, 2da parte, se ordena que la Inspección General de Remonta pase a depender de la VIII División de la Dirección General de Administración.
Queda así formada la VIII División - Remonta, Campos de Maniobras y Propiedades, dependiente de la Dirección General de Administración.
El citado Boletín expresa: "Esta División tendrá a su cargo todo lo relativo al servicio de veterinaria y la remonta de ganado para el Ejército, la administración, explotación y custodia de los campos de maniobras y demás propiedades del Ministerio de Guerra". El primer Jefe de esta División fue el Coronel Mariano Araoz de Lamadrid.
El 14 de enero de 1924 fue publicada en el Boletín Oficial la Ley 11.242 (Hipódromos. Impuestos sobre las apuestas y las entradas), que establece un impuesto sobre la venta de los boletos Sport de los hipódromos, concediéndole a este organismo, un porcentaje de la recaudación total para la adquisición de ganado y fomento de la cría del caballo de guerra para la remonta del Ejército. (Según el Decreto Nro. 274/98 de fecha 15 de marzo de 1998, le corresponde el 0,2552% de la recaudación del Hipódromo Argentino).
Con fecha 12 de marzo de 1924, por Boletín Militar Nro. 1.839 2da parte, se crea la Dirección de Remonta, siendo el primer Director el Teniente Coronel Adolfo V. Fauche.
El 31 de octubre de 1952, a través de la Ley 14.147 (Ley de abastecimiento autónomo del Ejército), se autoriza al Poder Ejecutivo Nacional a promover la producción agropecuaria e industrial, mediante la explotación de los bienes asignados al uso del Ejército Argentino, a fin de conseguir el abastecimiento autónomo de la Institución y de sus cuadros.
Por decreto inserto en Boletín Confidencial de la Secretaría de Guerra Nro. 36 de fecha 30 de enero de 1963, fueron aprobadas las modificaciones a la Organización del Ejército.
En lo que respecta a esta Dirección General, ha sufrido la siguiente modificación:
A partir del 01 de febrero de 1963, dependerá del Comando en Jefe del Ejército – EMGE –Subjefatura IV – Logística.
Con fecha 01 de agosto de 1963 se creó la División Perros de Guerra y Ganado de Tambo, dependiente del Departamento Remonta de esta Dirección General.
Por Decreto Nro. 643 de fecha 29 de enero de 1964 se creó la Comisión de Fomento del Caballo de Guerra y por decreto Nro. 656 del 19 de febrero de 1968 se creó la Comisión de Fomento del Perro de Guerra, a fin de propulsar la cría de la raza canina Ovejero Alemán, con fines y propósitos de Defensa Nacional. El Director de Remonta y Veterinaria es el Presidente de ambas comisiones.
A través de la Ley 17.117, de fecha 16 de enero de 1967 se declaró de Interés Nacional la crianza del équido, estableciendo para favorecer la misma la indisponibilidad de los siguientes inmuebles asignados a la administración de esta Dirección: Haras “General Lavalle”, ‘Coronel Pringles” y “General Urquiza”; Campo Argentino de Polo y Campo Argentino de Pato.
Por medio del Decreto Nro 5.281 de fecha 27 de agosto de 1.968, se reglamentó la ley citada precedentemente, disponiendo que la Dirección de Remonta y Veterinaria es el organismo idóneo con que cuenta el Ejército Argentino para satisfacer las exigencias de la Ley 17.117.
Por Decreto Nro 5.749, de fecha 25 de septiembre de 1969, se declara disuelta la Administración de Campos del Ejército, circunstancia por la que se resuelve el traspaso de los Establecimientos “General Avalos”, “Triunfo San José”, “General Paz”, “Campo Los Andes” (incluye Matadero Militar Campo Los Andes), y “Cuadro Nacional”, bajo la dependencia del Comando de Remonta y Veterinaria y Dirección General de Remonta y Veterinaria, con su organización y estado de explotación en que se encuentren. Por la misma resolución, se le otorga a este último la responsabilidad de la explotación, bajo el régimen de la Ley 14.147 y su decreto reglamentario, teniendo en cuenta un estricto sentido de economía y contemplando las necesidades específicas de la Fuerza.
El 27 de noviembre de 2003, por resolución del JEMGE inserta en BPE Nro 4803, es anexado a la Dirección de Remonta y Veterinaria, para su administración y explotación, el Establecimiento “Coronel Lorenzo Lugones”.
Por superior resolución del Señor Ministro de Defensa, el 03 de febrero de 2004 cambia su denominación al de Comando de Remonta y Veterinaria.
Como desde sus comienzos y tal cual fuera ideado por nuestros antecesores, el Comando de Remonta y Veterinaria continúa hoy abasteciendo con sus propios medios a todas las Unidades del Ejército donde hubiere ganado equino, ejecutando permanentemente su remonta y produciendo lo necesario para el mantenimiento operacional y deportivo del mismo.
La administración y explotación agrícola-ganadera de sus campos, es la nueva misión asignada a este Comando la cual realiza en forma silenciosa y sin pausa.
Fuente: www.remonta.mil.ar

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viernes, 11 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DEL COMBATE EN MARTIN GARCIA


La isla Martín García fue descubierta en 1516 por Juan Díaz de Solís, quien había partido de España un año antes, al mando de una flota integrada por tres naves, Portuguesa, Latina y Menor, tripuladas por unos 60 hombres, con la intención de hallar un paso entre el Océano Atlántico y el Pacífico.
En 1516 Solís arriba al Río de la Plata y el 2 de febrero de ese año, desembarca en una ensenada, Maldonado o Montevideo, a la que llamó Puerto de la Candelaria. Unos días después, continuando su viaje río arriba, muere su despensero, Martín García, frente a una isla en medio del río y decide enterrarlo allí, bautizando a la isla con su nombre.
La isla fue siempre un punto estratégico para mantener el control del Río de la Plata. Fue escenario de combates y luchas, especialmente en la guerra por la independencia.
En 1813 la isla continuaba en poder de los españoles, con una guarnición de 70 hombres. El 7 de julio de ese año, un grupo de 13 soldados patriotas al mando del Teniente José Caparroz, sorprende a los españoles, los dispersa y se apodera de 3 cañones y armamento portátil como trofeo, y luego se retira de allí. Luego de esto, en noviembre, el Capitán de Navío español, Jacinto de Romarate, fortifica la isla con una flota de 19 embarcaciones con el objeto de tener una base de ataque a Colonia del Sacramento que estaba ocupada por los patriotas.
En 1814 nuestra escuadra naval, comandada por el Teniente Coronel Guillermo Brown, estaba constituida por las siguientes naves: la nave insignia fragata Hércules (Comandante Sargento Mayor Elias Smith), la corbeta Zephir (Comandante Sargento Mayor Santiago King), el bergantín Nancy (Comandante Sargento Mayor Richard Leech), la goleta Juliet (Comandante Teniente Coronel Benjamin Franklin Seaver oriundo de EE.UU),la goleta Fortunata (Comandante John Nelson), el falucho San Luis (Comandante Sargento Mayor John D. Handel) y la balandra Carmen (Comandante Miguel Samuel Spiro de origen griego).
Estos bravos hombres tuvieron la difícil misión de enfrentar a la experimentada flota española comandada por el Capitán vizcaíno Jacinto de Romarate. Los españoles poseían una flota de 9 barcos armados con cañones de a 18 y 24 y, para peor, tenían apoyo de las baterías terrestres asentadas en la isla. Ambas fuerzas se encontraron el 11 de Marzo de 1814 en un feroz combate cerca de la isla de Martín García cuyo resultado final fueron 45 marineros muertos y 50 heridos.
Entre los fallecidos se contaban los Comandantes Benjamín Server y Elias Smith, el Jefe de las tropas embarcadas Capitán Martín de Jaume, el Teniente Segundo Robert Stacy, el grumete Edward Price, los marineros Richard Brook y William Russell y el cocinero Peter Brown. Bernard Campbell, quien era el Cirujano en Jefe, tuvo momentos muy difíciles debiendo tratar a los heridos con medios asistenciales inadecuados. Entre los heridos se encontraban el mayordomo Tomas Richard y los marineros James Stone, Henry Harris, Elsey Miller y Anthony O’Donnell. Al final del día Brown se encontraba varado y su nave insignia presentaba 82 impactos en el casco. La Hercules con sus velas y aparejos destrozados pudo zafar aprovechando la marea y maniobrando por el Banco de las Palmas. A la Hércules se le colocaron láminas de plomo por debajo de la línea de flotación y su casco fue cubierto con cueros y brea. De aquí su apodo de Fragata Negra.
El día 14 Brown recibió un refuerzo de 45 Dragones desde la Colonia del Sacramento comandados por el Teniente Primero Pedro Oroná. A las 08.00 PM, nuestras naves se aproximaron cautelosamente a la isla Martin Garcia y fondearon media milla al sudeste frente a Puerto Viejo. Al día siguiente, a las 02.30 AM Brown ordenó el desembarco de 240 hombres transportados mediante 8 barcazas. Nuestras fuerzas subían el cerro cuando recibieron un fuego granado por parte de las fuerzas españolas. El avance patriota hubo de detenerse a medida que los hombres iban cayendo.
Fue en ese momento crítico que Brown ordenó al ejecutor del pífano y tambor que tocaran Saint Patrick’s Day in the Morning (marcha que fuera oficialmente incorporado al repertorio de la Armada Argentina en 1977).
Tengamos presente que, si bien nuestras primeras tripulaciones estaban compuestas por 12 diferentes nacionalidades, la mayoría de ellas eran de origen irlandés, de forma tal que esta tonada tocada en el Día de San Patricio actuó como un estimulo de la moral. El avance de nuestras tropas se renovó así con gran espíritu siendo el fuerte atacado a bayoneta calada.Los españoles se vieron sobrepasados y hubieron de rendirse. Las naves realistas levaron anclas enfilando hacia el río Uruguay (siendo perseguidos por las naves de Brown ) y dirigiéndose a la ciudad fortificada de Montevideo. Ese día el Teniente Jones de la Zephyr hizó nuestra insignia en la isla.
Este es el acto más trascendental de la historia de la isla, pues con él nuestro país adquiere de hecho la soberanía de la isla Martín García.
La batalla de Martín García fue el comienzo de la campaña de los cien días, liderada por Guillermo Brown, que aniquiló el poder naval del Rey de España en el Río de la Plata.


Fuentes: Arguindeguy, Pablo E. -Apuntes sobre los buques de la Armada Argentina (1810-1970)-Tomo I, 1972. / Bruce, George and Emmett, Daniel D. The Drummers’ and Fifers’ Guide New York, 1862Carranza, Angel J. –Campañas Navales de la República Argentina-2da Edición-Departamento de Estudios Navales de la Secretaría de Marina, Buenos Aires, Argentina. / www. revisionistas.com.ar / Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado / Memorias del Almirante Guillermo Brown sobre las operaciones navales de la Escuadra Argentina de 1814-1828-Biblioteca del Oficial de Marina- Vol XXI-Año 1936, Buenos Aires, Argentina. / Piccirilli, Ricardo y Gianello, Leoncio-Biografías Navales-Secretaría de Estado de Marina, Bs. As., 1963.
http://www.ejercitonacional.blogspot.com/

jueves, 10 de marzo de 2011

LA CRUZ AL HEROICO VALOR EN COMBATE


La Cruz al Heroico Valor en Combate es la más alta condecoración militar otorgada por la República Argentina. El nombre completo de esta condecoración es “Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”. La Ley 22.607 (1982) de la República Argentina establece que será concedida al personal militar, personal de las fuerzas de seguridad, fuerzas policiales civiles, argentinos o extranjeros, que en combate motivado por acontecimientos extraordinarios revistan carácter de función de guerra, realicen aislados o en el ejercicio del mando, una acción ponderable que se destaque considerablemente de las pautas de conducta, normalmente consideradas correctas.

Este personal recibió la condecoración luego de la Guerra de las Malvinas de 1982.


Personal del Ejército Argentino


TENIENTE Roberto Néstor Estévez - C/RI Mec 25 (Post Mortem)

Por comandar, gravemente herido por balas británicas a sus efectivos de infantería y dirigir por radio el fuego de artillería en la primera línea de combate durante la batalla de Darwin. Un último impacto de bala terminó con su vida.

TENIENTE ERNESTO EMILIO ESPINOSA - Ca Cdos 602 (Post Mortem)

Por cubrir desde la planta alta de la granja de Top Malo House la salida y despliegue de sus compañeros, mientras eran rodeados y atacados por fuerzas especiales británicas, cayendo en combate por dicha acción bajo fuego de fusiles, granadas y cohetes enemigos.

SARGENTO 1ERO MATEO SBERT - Ca Cdos 602 (Post Mortem)

Por su valentía y heroísmo presentado en la batalla de Top Malo House frente a fuerzas especiales británicas, combatiendo aún gravemente herido, cayendo en combate bajo fuego de fusiles y granadas enemigas.

TENIENTE 1ERO JORGE VIZOSO POSSE - Ca Cdos 602

Por su arrojo, valentía y heroísmo presentado durante toda la campaña de Malvinas, combatiendo en desventaja de materiales contra fuerzas especiales británicas en las cercanías del Monte Kent, quedando aferrado y aislado fue herido, aún así continuó combatiendo y forzando a las fuerzas enemigas a replegarse. Retornó por sus medios a las líneas nacionales perdiendo gran cantidad de sangre.

SUBTENIENTE JUAN JOSÉ GÓMEZ CENTURIÓN - C/RI Mec 25

Por su liderazgo, valentía y heroísmo presentado en la estadía de la compañía C del Regimiento de Infantería 25 en Darwin y Prado del Ganso, en especial por sus acciones en combate, liderando en desventajas numérica y material varios contraataques al enemigo en la batalla de Darwin.

CABO 1ERO ROBERTO BASILIO BARUZZO - RI Mec 12

Por su heroísmo en la batalla del Monte Longdon, combatiendo herido por esquirlas de bombardeos en los días anteriores. En dicha batalla el Cabo Baruzzo transportó bajo fuego a lugares seguros a heridos, exponiéndose a sí mismo y arriesgando su vida en varias ocasiones, y continuando la pelea durante dichas maniobras contra infantería enemiga en combate cuerpo a cuerpo hasta agotar munición, e incluso intentando combatir con su cuchillo, hasta caer prisionero ante un pelotón de Royal Marines.

SOLDADO C62 OSCAR ISMAEL POLTRONIERI - RI Mec 6

Por sus acciones de combate durante la batalla del cerro Dos Hermanas, en donde era operador de una ametralladora, desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo el solo, permitiendo el repliegue de todos sus compañeros a zonas seguras y aferrando al enemigo con su única boca de fuego, impidiéndole avanzar a todo el dispositivo ofensivo británico.



Personal de la Armada Argentina


CAPITÁN DE FRAGATA Pedro Edgardo Giachino (Post Mortem) - Agr Cdos Anf

Por su valentía, heroísmo y liderazgo demostrados durante la Operación Rosario, mediante la cual se recuperaron las islas Malvinas. En dicha ocasión, el Capitán Giacchino lideró sin abrir fuego ante las tropas británicas, el asalto a la casa del gobernador, donde al entrar por la fuerza, fue recibido por intenso fuego de fusiles de Royal Marines que estaban allí, cayendo gravemente herido. Murió en el hospital de la localidad de Puerto Argentino el mismo 2 de Abril de 1982.

TENIENTE DE NAVÍO GUILLERMO OWEN CRIPPA - Cdo Av Nav (Pil Aermacchi MB339)

Piloto de ataque, condecorado por su heroísmo y arrojo demostrado en el primer ataque aéreo al desembarco británico en Puerto San Carlos, donde, en solitario y con una aeronave liviana como el MB339 realizó un ataque al centro de la flota británica allí basada, conformada por una docena de navíos fuertemente defendidos por artillería antiaérea y misiles. Enfrentándose a todo el dispositivo abrumadoramente superior, el Teniente Crippa atacó con éxito con cohetes no guiados a la fragata británica HMS Argonaut, dejándola fuera de servicio, para luego regresar mediante maniobras evasivas y un denso fuego antiaéreo del enemigo, a su base operativa en Puerto Argentino.

TENIENTE DE FRAGATA JULIO CÉSAR BINOTTI - BIM 5

Por su arrojo, heroísmo y liderazgo demostrados durante la batalla del monte Tumbledown, donde en desventaja numérica y de materiales, lideró con éxito varios contraataques aferrando a la fuerza ofensiva británica liderada por los Guardias Galeses y Guardias Escoceses.

TENIENTE DE CORBETA HÉCTOR MIÑO - Sec Ing Anf

Por su arrojo, heroísmo y liderazgo demostrados durante la batalla del monte Tumbledown, donde en desventaja numérica y de materiales, lideró con éxito varios contraataques aferrando a la fuerza ofensiva británica liderada por los Guardias Galeses y Guardias Escoceses, acciones en las que es herido gravemente, para luego ser tomado como prisionero por las fuerzas enemigas.

SUBOFICIAL JULIO CASTILLO (Post Mortem) - BIM 5

Por su heroísmo y valentía demostrados durante la batalla del monte Tumbledown, donde en el medio del combate realizó solitariamente y por iniciativa propia una contraofensiva contra una sección británica, combatiendo de forma ejemplar y abnegada hasta caer abatido por las fuerzas enemigas. Un buque de la Armada Argentina recibió su nombre en su honor.



Personal de la Fuerza Aérea Argentina


CAPITÁN OMAR CASTILLO (Post Mortem) - Gpo 4 de Caza (Pil A-4C Skyhawk)

Por su heroísmo, valentía y arrojo durante la misión del 30 de Mayo de 1982, correspondiente al ataque al portaaviones HMS Invincible, buque insignia de la flota enemiga ubicado dentro del corazón defensivo de la misma, misión en la cual es derribado por fuego de artillería antiaérea antes de alcanzar al objetivo. Existen evidencias concretas que el portaaviones fue dejado fuera de combate ese 30 de Mayo.

CAPITÁN JOSE DANIEL VAZQUEZ (Post Mortem) - Gpo 4 de Caza (Pil A-4C Skyhawk)

Por su heroísmo, valentía y liderazgo durante la misión del 30 de Mayo de 1982, correspondiente al ataque al portaaviones HMS Invincible, buque insignia de la flota enemiga ubicado dentro del corazón defensivo de la misma, misión en la cual es derribado por un misil SAM antes de alcanzar el objetivo. Existen evidencias concretas que el portaaviones fue dejado fuera de combate ese 30 de Mayo.

CAPITÁN PABLO CARBALLO - Gpo 5 de Caza (Pil A-4B Skyhawk)

Por su heroísmo, valentía, arrojo y liderazgo demostrado durante todas sus misiones de combate en la campaña de Malvinas, especialmente en la realizada el día 25 de Mayo de 1982, día de la patria, en donde la sección a la cual comandaba atacó duramente a dos buques al norte de las islas Malvinas, siendo éstos la fragata HMS Broadsword, dejada fuera de combate en ese ataque, y el destructor HMS Coventry, siendo hundida en el mismo ataque.

TENIENTE ERNESTO URETA - Grupo 4 de Caza (Piloto A-4C Skyhawk)

Por su heroísmo, valentía y liderazgo durante la misión del 30 de Mayo de 1982, correspondiente al ataque al portaaviones HMS Invincible, buque insignia de la flota enemiga ubicado dentro del corazón defensivo de la misma, misión en la cual logra alcanzar el objetivo y lanzar sus bombas las que impactan sobre el mismo, consiguiendo posteriormente regresar sano y salvo. Existen evidencias concretas que el portaaviones fue dejado fuera de combate ese 30 de Mayo.

ALFÉREZ GERARDO ISAAC - Gpo 4 de Caza (Pil A-4C Skyhawk)

Por su heroísmo, valentía y liderazgo durante la misión del 30 de Mayo de 1982, correspondiente al ataque al portaaviones HMS Invincible, buque insignia de la flota enemiga ubicado dentro del corazón defensivo de la misma, misión en la cual logra alcanzar el objetivo y lanzar sus bombas, las que impactan sobre el mismo, consiguiendo posteriormente regresar sano y salvo. Existen evidencias concretas que el portaaviones fue dejado fuera de combate ese 30 de Mayo.

SUBOFICIAL PEDRO MIRANDA - VI Br Aé

Por su heroísmo, arrojo y abnegación al ofrecerse como voluntario y actuar por convencimiento propio como desarmador de explosivos, primero desarmando en solitario, una bomba activada dentro del buque nacional Formosa, posteriormente desactivando bombas de un avión A-4Q de la Aviación Naval que había aterrizado en la base y dañado su tren de aterrizaje chocando las bombas con el terreno, y finalmente en el penúltimo día de la guerra, al desactivar rápidamente una bomba que notó se había activado accidentalmente y estaba a punto de estallar.

SUBOFICIAL CARLOS ORTIZ - Dir Grl San

Por salir de refugios en medio de alertas rojas a asistir bajo fuego de bombardeo enemigo y en zona de combate a personal herido en los primeros días de Mayo de 1982.



Personal de la Prefectura Naval Argentina


CABO SEGUNDO JOSÉ RAÚL IBÁÑEZ – Lancha Patrullera PNA GC Río Iguazú

Por su heroísmo y arrojo demostrado al repeler por propia decisión un ataque aéreo sobre su embarcación por dos cazas Harrier enemigos, abrumadoramente superiores en armamento y poder de fuego. A pesar de no haber tenido asignado el puesto de la ametralladora, el Cabo Ibáñez no dudó en recogerla al caer su operador y respondió a los ataques de los aviones enemigos, logrando averiar seriamente a uno de ellos con material liviano y poco adecuado para la lucha contra aviones, forzando a la patrulla aérea británica a retirarse

Fuente: Diario Soldados Digital 2011.


miércoles, 9 de marzo de 2011

ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE TACUARÍ


El 9 de marzo de 1811 se produce la Batalla de Tacuarí. Tropas argentinas al mando del General Belgrano, que permanecían en la Provincia del Paraguay después de la derrota de Paraguary, combaten contra el ejército realista comandado por el General Cabañas. La disposición de los argentinos, dispuestos a morir antes que a rendirse, hizo que se les ofreciera una capitulación honrosa exigiéndoseles que se retiraran del Paraguay con sus armas y bagajes.
Al estallar la Revolucion de Mayo en Buenos Aires, la Primera Junta de Gobierno invitó a las demás ciudades y provincias del mismo a unirse a la Revolución. Pero todo gesto en el sentido de conservar los gobiernos anteriores a la Revolución fue interpretado como hostil; en consecuencia, se ordenaron dos campañas militares para combatir a la resistencia, uno al Alto Perú y otro al Paraguay, cuyo gobernador español, Bernardo de Velasco, se había negado a reconocer a la Junta y había recibido el apoyo del Cabildo de Asuncion.Al mando de la campaña al Paraguay fue puesto Manuel Belgrano, miembro de la Junta que llevaba apenas 700 hombres, la mitad de ellos sin experiencia militar. No obstante, la prudente estrategia de Velasco lo llevó hasta Paraguarí, cerca de Asunción, donde logró derrotarlo con relativa facilidad.
Obligado a retroceder, Belgrano se dirigió hasta el río Tebicuary, donde se le unieron 400 hombres de las milicias guaraníes de Yapeyú y algunas compañías del Regimiento de Caballería de la Patria (ex Blandengues). Según anota en sus Memorias, los paraguayos no lo persiguieron, y así pudo continuar su retirada hasta el poblado de Santa Rosa. Allí recibió noticias de que se agravaba la situación en la Banda Oriental, por lo cual la Junta le ordenaba concluir pronto la campaña de Paraguay para atender al nuevo teatro de operaciones. A su vez, Belgrano pidió refuerzos y decidió detener la retirada en el río Tacuarí y resistir allí. Confiaba en poder mantener esa posición, siempre que Buenos Aires le mandara los refuerzos pedidos.La ayuda enviada por la Junta fue una pequeña escuadra naval para remontar el río Paraná y auxiliar a Belgrano. Pero esta flotilla, compuesta de tres pequeños buques mandados por Juan B. Azopardo fue vencida el 2 de marzo frente a San Nicolás. De modo que Belgrano quedó solo.
Los paraguayos avanzaron detrás de Belgrano, esperando que éste se retirara sin combatir después del desastre sufrido en Paraguarí. La vanguardia estaba al mando de Fulgencio Yegros y el grueso de las tropas al mando del general Manuel Cabañas, sumando en total unos 2.000 hombres, a los cuales se sumó un refuerzo de tres piezas de artillería y 400 soldados más.

Operaciones militares en territorio paraguayo (diciembre 1810-marzo 1811)
Velazco había comunicado por carta a Cabañas el 29 de enero:
“Expulsarlos a la otra Banda del Paraná o más allá debe proporcionarnos la vía de comunicación con Montevideo y Portugal”
Las fuerzas paraguayas que formaban la división al mando de Cabañas totalizaban 1.400 hombres y 10 piezas de artillería. Cabañas comandaba directamente 1.000 hombres que se conformaban por un destacamento al mando del comandante Blas José de Rojas, 200 hombres de Villarrica que contaban con 7 piezas de artillería, la vanguardia al mando del comandante Fulgencio Yegros con 2 escuadrones de caballería (milicias urbanas de la Cordillera, Villarrica, Villa Real de Concepción y Caazapá) y 5 compañías de infantería (las 4 primeras llamadas de cuarteleros) al mando de: capitán Pedro Juan Caballero, capitán Antonio Tomás Yegros, comandante García, comandante José Mariano Recalde y sub teniente Pedro Pablo Miers, respectivamente. Estas fuerzas se completaban con 400 hombres al mando del comandante Juan Manuel Gamarra con tres piezas de artillería. La artillería estaba al mando del comandante Pascual Urdapilleta.
En la mañana del 7 de marzo se produjo la concentración de las tropas paraguayas con la llegada de las fuerzas de Gamarra a la margen derecha del río Tacuary. Cabañas escribió ese día a Velazco:
“(...) estoy resuelto desde mañana a comenzar mis hostilidades al enemigo y no darle cuartel hasta el sábado en que pienso meterlo dentro de tres fuegos (...) [el plan] es pasar por un puente (...) cuatro piezas de artillería y mil hombres y atacarlos de improviso si es posible de aquella parte y enfrente (...) [apoyados] los fuegos de la falúa y dos botes que tengo apostados en la boca del Tacuary.”
El 8 de marzo se terminó de construir un puente sobre el río y comenzaron a pasar las tropas paraguayas. El 9 de marzo, los paraguayos atacaron de frente la posición de las fuerzas de Belgrano. Éste se hizo fuerte detrás del río Tacuarí, obligando a las fuerzas de Cabañas a salvar el río bajo fuego enemigo. Pero Cabañas dejó sólo una parte de sus fuerzas, incluida toda la artillería, en esa posición, y avanzó por una picada a través de la selva. Por una senda abierta especialmente para esta operación, Cabañas atacó de costado al ejército porteño. El coronel Machain se desplazó hacia el costado para repelerlo, pero fue rodeado por la caballería paraguaya y obligado a rendirse. Entonces Belgrano dejó apenas unos pocos hombres en su posición defensiva y marchó en ayuda de Machain. Al mando de los defensores del paso del río quedó el mayor Celestino Vidal, que quedó casi ciego por un cañonazo. Aun así logró derrotar a los atacantes, usando como lazarillo a un niño, tambor del ejército. Éste siguió tocando, animando a los soldados y transmitiendo las órdenes de su jefe, hasta que fue alcanzado por el fuego enemigo y cayó muerto. El llamado Tambor de Tacuarí, de nombre Antonio Ríos, se convertiría con el tiempo en leyenda militar de la Argentina.
Belgrano se negó a rendirse ante el requerimiento de Cabañas, y se mantuvo en una firme resistencia, que obligó a los paraguayos a detener su avance. Rápidamente, Belgrano retrocedió con lo que quedaba de su ejército hasta una loma cercana. Desde allí envió una comunicación a Cabañas, en que le decía que:
"las armas de Buenos Aires han venido a auxiliar y no a conquistar al Paraguay. Pero, puesto que rechazan con la fuerza a sus libertadores, he resuelto evacuar la provincia, repasando el Paraná con el Ejército de mi mando…"